
Rincón del Medik (Tetuán – Marruecos) 11 de noviembre del 1949.
Mi padre, Manuel Vallecillo Vargas, nació en La Carolina en 1913 sin ningún vinculo con esta ciudad ya que su padre, mi abuelo Jorge, emigró de su pueblo, Jérez del Marquesado (Granada), para trabajar en las minas de Rio Tinto en la provincia de Huelva y después en las de La Carolina donde también fue musico de la banda municipal. Este fue el único abuelo que conocí. Su madre, mi abuela Encarnación Vargas Fernandez era sevillana de madre sevillana y padre gallego, este bisabuelo también emigró en busca de trabajo a las minas de Andalucía. Mi padre estuvo en la escuela hasta los ocho años mientras vivió con su abuela ya que su madre Encarnación murió dando a luz y nunca pudo disfrutar de ella y claro, yo tampoco. Entonces lo recuperó su padre que se había vuelto a casar con Constanza que también venia de su pueblo, Jérez del Marquesado. Desde ese momento se acabó la escuela y la niñez para primero ir hasta la mina dos veces al día para llevar la comida al padre y unos años más tarde trabajando también en la mina.
Hasta que a los 18 años pudo escapar de esa miseria yéndose voluntario a Marruecos recién estrenada la 2 República. Allí se formó como instructor de automóviles y especialista en electrónica viviendo sus mejores años entre Ceuta, Tetuán, Chauen, Alcazarquivir , Rincón del Medik, etc. hasta aquel fatídico 18 de julio comienzo de la guerra civil. Antes de ese momento los sublevados ya habían aniquilado a los jefes y oficiales que seguían fieles a la República, él como suboficial no no podía elegir, cruzó el estrecho con el ejercito de Franco guerreando durante la contienda. Después de tres años en todas las batallas con su batería, estaba en el cuerpo de artillería y un tiempo en diferentes destinos decide viajar a Montefrío para conocer a su madrina de guerra de la que había recibido numerosas cartas, después de una cuantas visitas al pueblo de mi madre, se casan y viajan a su primer destino, Mahón en Menorca donde tienen a su primera hija, Encarnita. La vida es bella para los vencedores. 2l siempre me contó que nunca participó en un cuerpo a cuerpo con los republicanos, siempre a unos kilómetros del frente con los cañones y que tampoco participó en ninguna refriega, linchamiento, matanza ni fusilamiento y aún menos violaciones y asesinatos de civiles de lo que se encargaban los falangistas y las tropas regulares y marroquís del general Yagüe y algunos oros, ni siquiera estaba al corriente de tales vilezas, era militar profesional. Vuelve finalmente a su primer destino en, el norte de Africa yendo a parar al pequeño destacamento del Rincónn donde nacimos Jorge, MariPepa y yo, fueron para todos un tiempo de paz y tranquilidad en un lugar idílico, otra vez el premio de los vencedores que termina con la independencia marroquí y la vuelta a la península ya como brigada chusquero de artillería.
Mi madre, Katalina Mata Entrena, nació en Montefrío (Granada), fue madrina de guerra de mi padre y se casaron unos años después de la contienda civil pasando por diferentes destinos antes de volver a Marruecos, costurera y ama de casa. Yo paso mis primeros años los pies en la arena de la playa de M’dik junto a los barcos de pesca y el olor del Mediterráneo paseando la mirada en las espaldas de Zhara, la joven marroquí que trabajaba con mi madre. Durante mis cinco primeros años comparto juegos y gritos con los niños del pueblo junto a las cabilas de los rifeños y los barracones de los militares españoles del protectorado. Mis recuerdos son la arena y las olas, las chilabas y los atuendos de los rifeños, los soldados y los camiones que nos llevaban al campo de asueto y nuestro perro Blake. A la independencia de Marruecos toda la familia viaja a la península camino de Jaén, menos Zara nuestra nińera y Blake, demasiado grande. Recuerdo el mal tiempo en el Estrecho y el camión con el que viajamos con los baúles y los enseres y sobre todo la llegada a Jaén ciudad elegida por mis padres por ser muy, muy tranquila y tener mucha caza. Recuerdo la llegada a la calle Carretas con un montón de chiquillos gritándonos y la casita destartalada en la que comenzamos nuestra nueva vida.
Mi educación, transcurre entre Antequera y Jaén, hasta los 19 años. posteriormente emigro a Paris, ciudad en la que vivo la mayor parte del año. Conozco y practico la pintura desde muy pequeño, destacandol un interés por la pintura al óleo. Mi formación académica así como las circunstancias de una vida plagada de viajes, sensaciones, experiencias y pasión, han marcado en mi una visión colorista de mis creaciones artísticas sobre lienzos.
También es de destacar la formación artística, en trabajos de fotografía, de realización musical de cine y video y de producción musical.
Las diferentes etapas de mi pintura están marcadas quizá por el acompañamiento temporal de mis dedicaciones empresariales, que a largo tiempo me han dado un determinismo artístico, en los temas de los que forman parte mis colecciones, como puede ser el «flamenco». (colección de pinturas al óleo de famosas figuras del flamenco contemporáneo, como José Monge Cruz «Camarón de la Isla», en sus intervenciones a mediados de los 80 en Paris, en el Cirque du Hiver). también son de destacar su interés por los paisajes andaluces, como los de Sierra Mágina.
Sans Miguel Vallecillo Mata, le flamenco à paris ne serais pas le même. longtemps organisateur de concerts, Miguel est aussi un tendre peintre gitan. (miguel, le fidèle – article de Patrick Piet).
